miércoles, 17 de abril de 2013

El modo Mayor del sistema Tonal y la resolución de tensiones



Divulgación musical


El modo Mayor del sistema Tonal y la resolución de tensiones


Por Julio F. González Iramain –Prof. de Música, Lic. en Comunicación Social – Director de la Escuela Superior de Música de La Rioja.  03822-421119 / jgonzaleziramain@yahoo.com.ar


Vimos anteriormente los acordes que se forman al superponer por terceras los sonidos de la escala Mayor o Jónica. Estos acordes son la base del sistema Tonal Mayor que, como decíamos, tiene como característica principal la preeminencia de un acorde (la tónica) sobre los demás. Esta centralidad del acorde de tónica tiene varias explicaciones desde la teoría de la música pero hay una especialmente convincente: Si analizamos la estructura de la escala Mayor nos vamos a encontrar con que sus notas se relacionan entre sí mayoritariamente por tonos. Pero hay dos casos en donde aparecen semitonos: entre la Tónica DO y la séptima nota SI; y entre la cuarta nota FA y la tercera MI (siempre tomando como ejemplo la escala de DO mayor).

En música hay determinadas relaciones sonoras, llamadas intervalos (distancias musicales entre sonidos), que suscitan una gran empatía entre los sonidos que relacionan. Tal es el caso de la llamadas “consonancias”, como los unísonos (la misma nota), octavas (la misma nota duplicada en frecuencia), quintas justas, terceras mayores y cuartas justas que la mayoría de los tratados describen. El semitono es, en música, junto con todos los intervalos disminuidos y aumentados, una relación donde la “disonancia”, la tensión, llega al extremo. Esto es así porque, una vez que la percepción auditiva se acostumbra (por repetición) a una determinada nota, la aparición de otro sonido a un semitono de distancia (más grave o agudo, lo mismo da) genera una sensación de inestabilidad y tensión sonora. Es que los semitonos tienen una enorme carga energética sobre sus notas contiguas, energía que, dado el equilibrio que postuló desde sus inicios el sistema Tonal, debe ser distendida prontamente.


La resolución de tensiones en el sistema Tonal

Estas notas que provocan tensiones se llaman en teoría musical “sensibles” y son la base de los movimientos armónicos dentro de las obras tonales. En armonía tradicional no se usaban acordes con séptima, sino “triadas”, acordes de tres notas que se estructuran con una Fundamental (la nota que le da el nombre al acorde), una tercera (el sonido que decide si el acorde es mayor o menor) y la quinta. Con el correr de tiempo las séptimas comenzaron a utilizarse más frecuentemente y, en la actualidad, es común encontrar también acordes de más de siete notas con novenas, oncenas y trecenas.

Tradicionalmente, cada vez que aparecían las sensibles debían ser resueltas lo más pronto posible. Así, el semitono SI-DO es llamado de “sensible Tonal” (porque el SI debe resolver en la tónica, DO)  y el de FA-MI se lo designa de “sensible Modal” (la cuarta, FA va hacia la tercera MI, la nota que define si el acorde es mayor o menor). Entonces, los acordes que tenían alguna de las sensibles eran considerados inestables y debían ir hacia acordes sin sensibles o “estables”. Surgen de este modo tres estadios o funciones de los acordes según incluyan o no sensibles: Distensión (Tónica), mediana tensión (Subdominante, sensible modal) y tensión (Dominante, sensible tonal).

Cuando un acorde tenía la sensible tonal (SI) era considerado como “Dominante” y cuando tenía la sensible modal (FA) era tratado como “subdominante”. Al empezarse a usar las séptimas este esquema se mantuvo, aunque con menos rigidez: Por ejemplo, si se le agrega la séptima (SI) al acorde de tónica (DO) va a contener la sensible tonal. Pero en realidad esta nota  también es la quinta justa de la tercera (MI) del acorde, una consonancia directa, lo que ablanda esta sensación de tensión. Algo parecido ocurre con el tercer grado de la escala armonizada (MIm7), en donde la presencia de la sensible, SI, lo puede hace parecer como un dominante (sobre todo si tiene su tercera, SOL, en el bajo). Las notas que lo componen le dan una gran ambigüedad (y una gran riqueza, por cierto) porque lo asemejan tanto a un DOmaj7 (la tónica) como a un SOL6 (un dominante sin sensible modal).

El uso de séptimas en los acordes dominantes generó la aparición del intervalo de quinta disminuida (b5) o “tritono” (porque son tres tonos exactamente entre una nota y otra). Esto llegó a ser llamado por varios tratadistas medievales “Diabolus in música” (el diablo en la música) y era trabajado por los compositores con sumo cuidado. Una vez que las supersticiones del cristianismo primitivo dejaron de atormentar (literalmente hablando) a las mentes libres, este intervalo empieza a aparecer más frecuentemente. Este “tritono” es el intervalo característico del acorde dominante con séptima, que tiene las dos sensibles (tonal, SI, y modal, FA), que deben resolverse: la tonal hacia la tónica y la modal hacia la tercera. La función subdominante es un estado de transición entre la distensión de la tónica y la tensión del dominante porque tiene sólo la sensible modal FA, que se resuelve en MI (ver gráfico).



lunes, 1 de abril de 2013

El modo Mayor del sistema Tonal


Divulgación musical

El modo Mayor del sistema Tonal

Por Julio F. González Iramain –Prof. de Música, Lic. en Comunicación Social – Director de la Escuela Superior de Música de La Rioja.  03822-421119 / jgonzaleziramain@yahoo.com.ar

Muchas veces silbamos o tarareamos una melodía; o escuchamos música en la radio y, como con muchas otras cosas que nos ocurren cotidianamente, jamás nos ponemos a pensar en que la mayoría de esas melodías tienen como centro a una de sus notas. Incluso podemos tener mayor o menor consciencia de esa nota, repetirla o retenerla en la memoria pero no nos planteamos el por qué de esta forma de concebir la música. Es que estamos acostumbrados a que lo que nos rodea se naturalice y se transforme en el paisaje de todos los días. Esto es llamado por los etnólogos “habitus” y tiene que ver con el acostumbramiento a determinadas formas culturales que no tienen nada de naturales pero que lo parecen por la fuerza de la repetición a través de generaciones. Esto ocurre con lo que llamamos en música “Sistema Tonal”.

La “Música Tonal” es una construcción de la música occidental que surge de varias fuentes: las escalas antiguas griegas, la tradición de canto litúrgico judeo-cristiana, una serie de “folklores” europeos (Francos, Germanos, Celtas), y otras influencias (no menores) como la tradición indo-oriental que (a regañadientes) se coló por los resquicios de la historia y sobrevivió, resignificada, hasta nuestros días.

La música tonal surge progresivamente del uso de las escalas griegas que se produjo en la Europa medieval a partir del siglo III y que llevó a la consolidación del sistema musical  que tan “natural” nos parece hoy, durante el siglo XVIII. En realidad, el pasado de la música tonal son modos y escalas (e incluso otras formas más complejas de afinación o sistemas con el doble de sonidos que nuestras 12 notas) que poco tienen que ver con el paupérrimo estado artístico de gran parte de la música de masas actual. Y me atrevería a decir que el futuro de la música debería “haber llegado hace rato” con el definitivo rompimiento del sistema tonal y su asfixiante corsé de limitadas posibilidades melódicas y armónicas. En realidad, en el siglo XIX y XX, desde el Impresionismo musical hasta el Atonalismo, pasando por el Jazz y la fusión étnica,  lograron romper ese corsé, aunque la mayoría de la gente -incluyendo a muchos músicos- no se haya percatado de tal novedad y siga aferrada a las viejas melodías y acordes claros, sencillos y tonales.

¿Qué es la música Tonal?

El sistema Tonal es una forma de organización de la música donde un acorde, llamado “tónica”,  subordina a los demás. Esta tónica funciona a la manera de un "centro", un punto de distensión, reposo o estabilidad, al cual siempre se vuelve (ese acorde suele ser el primero y el último de las composiciones tonales y por lo general aparece el doble de veces que el resto de los acordes). En rigor de verdad, esta centralidad de una de las notas fue un largo proceso que partió del uso de dos modos griegos: nuestras actuales escalas Jónica y Eólica. La primera dio origen a las tonalidades mayores, mientras que la segunda (junto con otras escalas más que analizaremos más adelante) alumbró el sistema Tonal Menor.

Si se armoniza la escala Jónica, vamos a obtener siete acordes armados por terceras superpuestas (en realidad, el tema es más complejo y remite a la física del sonido pero a efectos prácticos podemos considerarlo de esa forma): DOmaj7, REm7, MIm7, FAmaj7, SOL7, LAm7 y Bm7(b5) (este último llamado “semidisminuido” y graficado con un cero tachado en diagonal, Ø). En los gráficos se ilustran la estructura de la escala Mayor Jónica (TONO- TONO-SEMITONO-TONO-TONO-TONO-SEMITONO) y su armonización para guitarra y piano (en DO mayor).


Bibliografía para consultar:

González Iramain, Julio F; “Introducción a la improvisación en el Jazz y la música popular”, La Rioja, Edición independiente, 2007

Hindemit, Paul; “Armonía Tradicional”; Bs As. Ricordi

Pellican, Ricardo “Armonía práctica para guitarristas”; Bs. As. Ed. Independiente

Nettles, Barrie; “Harmony”; (apuntes en 4 volúmenes del curso de Armonía del Berklee College of Music, Boston, USA)

Piston, Walter; Armonía, Ed. Labor

Schömberg, Arnold; “Armonía”; Madrid, Real Musical